en esta oportunidad me permito compartirles otro escrito que se encuentra en el Libro Mitos y Leyendas de Los Cuchumatanes en donde se narra la historia de la hija del guerrero Kaibil Balam.
SHOLÁ
de: “Mauro Guzmán Morales”
Cuando los sabio mames, entre ellos Sackiab el mesho, descubrieron por
si mismos, aun aun cuando ya lo habían oído de otros pueblos, que los españoles
se movían tras el oro y ls mujeres, dispusieron recoger todo el que disponían
que era abundante, ya que si bien es cierto lo usaban como ornamento, no era el
mineral mas apreciado en la nación. Muy por sobre él estaba el jade y las
piedras preciosas, entre ellos los ópalos de Peache. Solamente el equivalente a
una mano de personas, es decir cinco, conocería el lugar donde quedaría
guardado el tesoro, entre ellos el meshoSackiab y la princesa Sholá, la que
oficialmente se designaría como la guardiana del tesoro de los balames. Cada
vez que faltara uno del grupo, se iría reponiendo para mantener siempre a cinco
que estuviesen enterados del secreto del misterioso lugar.
Cuentan los antiguos que aun sigue viva la princesa, pues los sacerdotes
mames le dieron el portento de la inmortalidad y que aun sigue siendo la
guardiana del tesoro. Parte del secreto se ha revelado por no poner en peligro
la profanación de lo tan larga y celosamente guardado. Cuenta que la manera de
comunicarse con el mundo exterior que tiene la bella guardiana, es con el
enorme tambor que le sirve de trono, para ello espera que se escuchen retumbos
n el cerro, los verdaderamente enterados del asunto saben que después del
cuarto, aparece el aviso disfrazado de quinto retumbo ya que en ese momento lo
que se escucha no es tal si no el sonido que emite el enorme tambor de la
guardiana que significa “todo sin novedad”. Además el quinto trueno cuando hay
tempestad, es la respuesta de “enterado”, con que responde el señor de Zaculeu,
quien desde aquellos tiempos, radica en el cielo disfrazado de lucero de la
tarde o chumpul, como se llaman los aguacatecos, quienes así designan a
Huehuetenango o Xinabajul, ciudad que para ellos queda exactamente donde
aparece Véspero, que para los mames resulta ser el brillante KaibilBalám.
Y padre e hija, kaibilBalám y Sholá, muy de tarde entablan diálogos de
trueno y retumbo, que los ancianos mames siguen con atención usando sus manos
para contar el quinto retumbo, el verdadero, el que habla no del estado del
tiempo o de las cosechas, si no de los grandes valores que su cultura tiene
guardados en lo mas secreto de los montes Cuchumatanes, los cuales, según se
sabe, siguen indemnes y desconocidos.
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